Cómo hacer receta fácil de bolas de fraile

¿Quieres sorprender a todos en casa con un dulce delicioso y esponjoso? Las bolas de fraile, también conocidas como berlinesas, son una opción perfecta. Esta receta es tan sencilla que hasta un principiante en la cocina puede lograrla sin problemas. No necesitas equipo especial ni ingredientes difíciles de encontrar. Solo sigue estos sencillos pasos y verás cómo estas bolas de fraile se convierten en el éxito de cualquier merienda o desayuno. ¡Vamos a ello!
¿Por qué se le dice bolas de fraile?
Las bolas de fraile, también conocidas como berlinesas o bombas, son un delicioso dulce que tiene su origen en la repostería europea. Pero, ¿por qué ese nombre tan curioso?
La historia cuenta que durante la época colonial, los frailes y monjes de distintas órdenes religiosas solían preparar estos dulces en los conventos. De ahí viene el nombre de "bolas de fraile". Se dice que su forma redonda y esponjosa, además de su relleno dulce, era una auténtica delicia para los religiosos que las elaboraban.
Además, hay una anécdota que dice que estos dulces eran tan perfectos y redondos que se asemejaban a las cabezas rapadas de los frailes. De ahí que la gente empezara a llamarlas así.
Curiosamente, en Argentina, estos dulces son muy populares y han adoptado este nombre de forma más extendida. En otros lugares, como España, es más común llamarlas berlinesas o bombas.
La próxima vez que disfrutes de una bola de fraile, recuerda su origen y el legado de los frailes que las popularizaron.
Y bueno, ahora que ya sabes un poco más sobre su nombre, ¡manos a la masa y a preparar unas deliciosas bolas de fraile!
¿Por qué se llama suspiro de monja?
El nombre "suspiro de monja" tiene una historia bastante curiosa y divertida. Resulta que, según la leyenda, en algún convento de España, las monjas solían preparar estos deliciosos dulces para vender y así poder sustentar el monasterio. La receta era tan buena que se decía que solo un suspiro podía salir de la boca de quien los probaba, de lo buenos que estaban.
Otra teoría curiosa cuenta que una monja, al probar uno de estos dulces, soltó un suspiro de pura satisfacción y alguien decidió bautizarlos así. Aunque su origen no está claro del todo, lo que sí es seguro es que estos bocaditos son una delicia.
Los suspiros de monja se parecen mucho a las "bolas de fraile" o también conocidas como "berlinesas" en otros lugares. La diferencia radica en el nombre, pero ambas son pequeñas delicias fritas y azucaradas que hacen suspirar a cualquiera.
Lo que más llama la atención de estos dulces es su sencillez y sabor. Con ingredientes básicos como harina, huevos, azúcar y un toque de anís, puedes preparar algo verdaderamente espectacular.
Así que, la próxima vez que te encuentres con un suspiro de monja, ya sabes de dónde viene su nombre y la historia que hay detrás. ¡A disfrutar de estos dulces con historia!
¿Cuánto cuesta la docena de bolas de fraile?
El precio de la docena de bolas de fraile puede variar bastante dependiendo de dónde te encuentres y de dónde las compres. En las pastelerías tradicionales, una docena puede costar entre 6 y 12 euros. Si las adquieres en supermercados o tiendas de barrio, el precio podría ser un poco más bajo, pero también dependerá de la calidad.
Además, si tienes la suerte de vivir en una zona con mucha oferta de panaderías y pastelerías, seguro que encuentras alguna promoción u oferta especial. En algunos lugares, incluso puedes conseguirlas por menos de 5 euros la docena si estás atento a las ofertas del día.
Recuerda que siempre vale la pena pagar un poco más si la calidad lo merece. Al final, disfrutar de una buena bola de fraile recién hecha no tiene precio.
Otra opción es hacerlas tú mismo en casa. Los ingredientes son bastante económicos y hacerlas puede ser una actividad divertida. Necesitarás harina, levadura, azúcar, leche, mantequilla y un poco de paciencia. Además, al hacerlas tú, puedes personalizarlas con tu relleno favorito, ya sea crema, chocolate o mermelada.
Si decides hacerlas tú mismo, seguramente te saldrá mucho más barato y tendrás la satisfacción de haberlas hecho con tus propias manos. Y no te preocupes si es tu primera vez, ¡la práctica hace al maestro!
Espero que disfrutes preparando estas bolas de fraile tanto como yo. ¡Que te salgan deliciosas! ¡Buen provecho!
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