Cómo hacer atún a la plancha sin que quede seco

¿Te ha pasado que te lanzas a hacer un buen atún a la plancha y acaba pareciendo más una suela de zapato que un delicioso filete jugoso? No te preocupes, no eres el único. Conseguir que el atún quede en su punto justo puede ser un reto, pero con unos cuantos trucos, te aseguro que vas a clavarlo. Lo esencial aquí es controlar la temperatura y el tiempo de cocción, así que olvídate del miedo y vamos a darle caña a ese atún. Sigue leyendo y descubre cómo hacer que cada bocado sea una explosión de sabor.
¿Qué parte del atún es mejor para la plancha?
Cuando piensas en hacer atún a la plancha, lo más importante es elegir la parte adecuada para que no te quede seco. La clave está en usar la ventresca o el lomo del atún.
- Ventresca: Esta es la parte más jugosa y grasa del atún, localizada en la zona del vientre. Tiene una textura increíblemente suave, perfecta para la plancha. Además, al ser tan grasa, es muy difícil que te quede seco.
- Lomo: El lomo del atún es otra opción excelente. Es menos graso que la ventresca, pero sigue siendo suficientemente jugoso si lo cocinas correctamente. Es importante no pasarse de cocción para que no pierda su humedad natural.
Un truco esencial: Sella el atún a fuego alto por unos minutos y luego bájalo para que se cocine uniformemente.
Al elegir entre ventresca y lomo, considera también el grosor del corte. Un filete de unos 2-3 cm de grosor es ideal para la plancha. Más fino y se te puede secar, más grueso y puede que no se cocine bien por dentro.
Recuerda, la clave está en la temperatura y el tiempo de cocción. Unos minutos por cada lado, dependiendo del grosor, y listo. Así consigues un atún jugoso y lleno de sabor.
Cómo saber si el atún está cocido
Cuando cocinas atún a la plancha, lo más importante es evitar que se quede seco. Ahí van unos trucos para saber si está en su punto:
1. Tiempo de cocción: El atún se cocina rápido. Dependiendo del grosor, con unos 2-3 minutos por cada lado suele ser suficiente. No te pases de tiempo.
2. Color: Observa el color del atún. Debe cambiar de un rojo intenso a un tono más opaco y grisáceo por fuera, pero el interior debe mantenerse rosado. Si se vuelve gris por completo, te has pasado.
3. Textura: La carne del atún debe estar firme pero no dura. Si presionas ligeramente con el dedo o con un tenedor, debe ofrecer resistencia pero no estar duro como una piedra.
4. Temperatura interna: Si tienes un termómetro de cocina, mejor. La temperatura interna debe estar entre 50-60°C para que esté en su punto. Más allá de 60°C, corres el riesgo de que se seque.
5. Observa el borde: Los bordes del atún te pueden dar una pista. Deben estar opacos y cocidos, pero el centro todavía debe tener un color rosado.
Un truco que nunca falla es cortar un pequeño trozo y probarlo. Si el interior es jugoso y tiene buen sabor, está listo.
Recuerda que el atún sigue cocinándose un poco incluso después de retirarlo del fuego, así que mejor pecar de quedarse corto que pasarse.
Espero que estos trucos te ayuden a conseguir un atún a la plancha jugoso y delicioso. ¡A disfrutar en la cocina!
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